Le decía princesa de cristal. En su mayoría, lo decía porque ella lo decía, y me causaba mucha gracia.
Ahora no le digo nada, porque no hablamos tan seguido. Y si hablamos, es a destiempo.
¿Cuántas cosas faltaron decir? Ni idea... yo imagino que ninguna. Pero, de todos modos... usualmente soy conocido por imaginarme lo que mas me conviene.
No compartimos tanto.
No nos gustaba la misma música, aunque me enseñó a un tipo que dijo la frase más sincera en toda mi historia musical.
"In your version of this world, you're everybody's favourite girl. But that don't mean I'll be the victim, of any pain you're inflicting today"
(Si, el cartel está mal. Bah, está mal... y no está mal. Sabes a lo que me refiero, espero... creo. Esto siempre fue complicado, para mí... para vos. Pero creo que especialmente para mí)
Me acompañaba a la parada del bondi, de vez en cuando.
Quiero creer que porque le quedaba de paso.
A mí no me importaba tanto.
No he sido la persona más amable en lo que respecta a ella, pero me gusta creer que pagué por eso. Nada raro, de todos modos. Nada de cosas que pagamos en sangre, o de marcas que llevamos en la piel. Y ambos sabríamos de esas últimas. Sino que me sinceré, definitiva y completamente.
Hace banda que no la veo.
Me gusta creer que no la extraño.
Me miento a mi mismo demasiado seguido diciendo que no la extraño.
Volamos para lados distintos, al final.
Un final que no podría haber anticipado.
Un final, que tal vez no tenga todas las cualidades de un final.
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