21 de diciembre de 2012

Nate Deschain (acerca del apellido que me encantaría tener en la vida real)

"Si has entregado tu corazón por la Torre, Roland, ya la has perdido. Una criatura sin corazón es una criatura sin amor, y una criatura sin amor es una bestia. Ser una bestia es casi tolerable, a pesar que seguramente pagarás con el Infierno al final, pero ¿si lograras tu objetivo? ¿Qué sucedería si, descorazonado, tomas por asalto la Torre... y la ganas? ¿Qué podrías hacer, excepto degenerar de bestia... en monstruo? Lograr los objetivos de uno como una bestia sólo sería algo amargamente cómico, cómo darle una lupa a una hormiga. Pero lograr tus objetivos como un monstruo...
Pagar con el infierno es una cosa. Pero... ¿quieres poseerlo?"


Este es el último fragmento de "La llegada de los Tres" de La Torre Oscura que planeo colgar acá. Definitivamente, no hay una sola frase en cualquiera de los siete libros que tenga desperdicio. Un amigo hace poco me pidió que la calificara, y le dí un 10. Diez. Si, ya me imagino... creen que estoy exagerando. Pero no es nada de ese estilo.

Mis exageraciones son bastante más obvias, la verdad.

Creo que ahora me tocaría explicar... porque este fragmento en particular. Y no es algo que planeo dejar pendiente. Como saben, muchachos/as... estoy por terminar la novela. Más puntualmente... estoy a un parche, y a una revisión, de terminar la novela.
No me cuesta comparar a la novela con un camino... es más, a ser sincero, es una comparación bastante estúpida, simplista y realmente poco digna de estos 3/6 años que he estado trabajando en ella. Pero no por eso menos adecuada...
El camino de Roland hacia la Torre es similar, podría decirse. Naturalmente, tiene sus AMPLIAS DIFERENCIAS (a él le dejan dispararle a las cosas... yo, más allá del paintball, nunca un arma en la mano) pero en esencia es lo mismo...

El fragmento, básicamente apunta a poner en evidencia como Roland contempla las cosas que ha hecho en su camino a la Torre (las cuales, no son bonitas... no voy a incurrir en spoilers, pero son feas)
Obviamente, la mente no tarda en trazar el paralelismo.

¿Qué hecho yo para llegar a este momento tan crucial? ¿Cómo estas experiencias me han cambiado?

No tengo respuestas. Y me encantaría tenerlas, creo.
Lo interesante dejó de ser si voy a llegar o no.
Lo interesante es cómo voy a llegar...

1 comentario:

Marie dijo...

Veremos cuando llegues, nene.

Cuándo nos vemos?


Besos,
M