20 de octubre de 2015

Las dificultades en las dificultades.

-¿Querés tomar algo, Nati?
-No, no. Estoy bien.
"Los ojos de una madre. Siempre saben" Desaparece de mi vista. Hace lo que quiere. Una madre siempre sabe. Me trae una taza humeante, y ya sé que es. Té con miel. Más cargado que expreso a Auschwitz. Lo deposita en mis manos adelantes, extremidades traicioneras. El té es magma candente. La garganta arremolina las llamas desde el primer momento en que mis labios le tocan. Como es primer beso suyo. ¡Qué tipo hijo de puta! ¿Cómo mierda hizo para agarrarme así, justo como me gusta? Y lo del labio... ¿cómo supo? ¿Cómo mierda supo?
-¿En qué estás pensando?
-En Eddie Van Halen.
-Ah.
El subtexto se le escapa, la asociación se estira demasiado. Me alegro en silencio. Mis pensamientos son míos. Bastante difícil es compartirlos; olvídate de intromisiones.
-¿Y papá?
La pregunta se escupe lo suficientemente fuerte como para que yo me de cuenta. Oigo la puerta a mis espaldas, una fuerte premonición que no supe interpretar. Una sombra se cierne sobre mí. Severa e inmortal, y no necesito un trailer para saber de qué se trata la película.
-El hijo pródigo regresa.
-Le pifiaste al género, me parece.
-Yo quería un varón. Uno siempre habla respecto de lo que quiere.
Mi madre suelta una risa, festeja la chanza. Yo ya ni me siento ofendida. Hace trece años, que no me siento ofendida al respecto.
-Por supuesto, que el mundo no se trata acerca de lo que uno quiere. Hay que intentar jugar con las cartas que se le reparten a uno.
-Vos te fuiste al mazo hace mucho entonces, papá.
La réplica me pica en la garganta. El té es suave, pero no puede hacer milagros. Y él se pone colorado, y cierra los puños. Vivo esperando el impacto, y un agradecimiento silencioso parte hacia mis cromosomas.
La bofetada es sonora, otro castillo de naipes se derrumba. Mi rostro sigue el sentido del golpe, con aspiraciones a mitigar el dolor. Pero, son esperanzas vanas. Como toda esperanza en sí. Me pica todo el cachete; pero mis ojos no se humedecen. Son el Mojave, y no le voy a dar el gusto.



Todo se ha vuelto más complicado para mí. 
Mi vieja mula ya no es lo que era.

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