21 de febrero de 2016

Así no.

No es casualidad que yo pueda distinguir la misera donde sea que me encuentre.
Ante mis ojos, nada permanece escondido. Los demás parecen demasiado distraídos. Demasiado ensimismados y, al mismo tiempo, demasiado preocupados por el mundo que gira independientemente de que se den cuenta o no.
Es como estar sentado en un cuarto oscuro, que SABES que está lleno de gente. En el que nadie puede correr. En el que nadie puede esconderse.
Oigo truenos afuera. Alguien esta tocando la puerta. Se oye el repiquetear de la lluvia. Mis sentidos se transfiguran. Los ojos nunca dejaron nada a la especulación. Mis ojos, nunca mienten. Necesito una BUENA mentira. Una mentira que resuelva el problema.
El problema final.

"Te amo"

Y es mejor así.

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