8 de octubre de 2013

Noriuq.





¿Dónde carajo está esa palabra?
Esa que encaja perfecto, sin forzar.
Busqué a mi alrededor por esa presa tan elusiva. En trabajos antiguos, en nuevos proyectos. En cada obra que colgaba de mi techo. En cada pergamino viejo con palabras moribundas, escritas en lo profundo de un pasado distante. Todo, en vano.
Pensar que puedo moldear la realidad. Toda la realidad. La inmediata, y la que abraza a los demás. Derribo y construyo, solo con mis palabras. No necesito nada más. Ni grandes demostraciones de poderío, ni sutiles actos de sabotaje. Una palabra, y la oportunidad para plasmarla. Para dar esa bofetada de grandilocuencia. Para prender ese chispazo, que ilumina. Momentáneamente, por obvias razones. La trascendencia no es algo mundano, cotidiano, que se da por largos períodos de tiempo. Es ese instante efímero, que nunca percibimos por completo. Que solamente alcanzamos a ver su principio, combustible y comburente, o las meras cenizas que declaman y hacen real a esa existencia efímera. El fuego es casi invisible. Como la mayoría de las cosas esenciales, ante la falta de disposición.
A menos que encuentre esa palabra. Ese precepto. Esa guía espiritual la cual persigo como un mastín napolitano. En lo errático, en el caos, me elude. En la perfección, en la meticulosidad, parece que me aproximo con sigilo. Busco el fluir, el devenir de la esencia. Ella puede sentir que respiro sobre su nuca, y yo huelo su miedo. En ese momento, su carrera se vuelve intensa... Como un río fuera de control.

Luz, desde mi pluma. ¿Sería posible?
No, imposible.
¿Había llegado? ¿Alcancé a atraparla?
¿O había permanecido quieta, todo este tiempo, y yo giraba a su alrededor sin poder discernirla?
Me estaba mirando a la cara. Midiéndome. Reconociéndome. Explorando cada rincón oculto de mi pasión. De mi psiquis.
La ironía. Oh, la ironía. Esa bofetada fresca y carente de ira.

Espontaneidad.
Vamos a jugar.


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Tenía esta entrada preparada desde el 20, pero no me llegaba nada.
Y tenías razón vos, para variar. Me gustó mucho la imagen.
Feliz cumple, Flo.

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